Después de que la UNESCO declarara el año 2015 como “Año Internacional de la Luz”, entendió que era necesario seguir dando a conocer la importancia que tienen para la humanidad la luz y los avances relacionados con la ciencia de la luz y sus aplicaciones. Por tanto, en 2018 decretó el 16 de Mayo "Día Internacional de la Luz”.
Dicho reconocimiento es fundamental para aumentar la conciencia mundial y fortalecer la enseñanza de la ciencia y tecnologías fotónicas (tecnologías de la luz), que son esenciales para hacer frente a desafíos que se plantean en ámbitos como el desarrollo sostenible, la energía, la salud o las comunicaciones, y en definitiva para mejorar la calidad de vida de la humanidad.
Tenemos muy claro que sin luz no existiría la vida en nuestro planeta, que es una fuente de energía para la vida y el desarrollo de todas las especies que habitan la Tierra. Pero además, la luz hace posible avanzar en ciencia, cultura, arte, y educación.
La fotónica está muy presente en nuestras vidas, desde los smartphones que tenemos en nuestras manos y la fibra óptica que facilita las comunicaciones vía internet, a las tecnologías de vanguardia que nos proporcionan herramientas para la observación espacial y el estudio de los orígenes del universo, para lo cual ha sido fundamental. La investigación en nanofotónica, óptica cuántica o ciencia de procesos ultrarrápidos está en la base del desarrollo de nuevos dispositivos y de nuevos descubrimientos fundamentales, que a su vez están ayudando a entender mejor el funcionamiento de los constituyentes de la materia y están abriendo nuevos frentes de investigación. La luz simboliza conocimiento.
Las tecnologías fotónicas han transformado los métodos de fabricación en la industria, y son esenciales en medicina y sanidad. En esta última las lámparas de luz ultravioleta se utilizan para esterilizar, los instrumentos y herramientas ópticas se utilizan en diagnosis para el análisis y obtención de imágenes, y así mismo han facilitado las operaciones quirúrgicas o han permitido desarrollar tecnologías para mejorar la visión. Las tecnologías fotónicas son esenciales también para la secuenciación de genomas, como el del virus SARS-CoV-2 causante de la pandemia de COVID-19.
No es casualidad que la UNESCO eligiera el 16 de mayo para esta celebración, ya que es precisamente el aniversario de la puesta en marcha del primer láser, construido por Theodore Maiman en 1960.
Las tecnologías fotónicas han transformado los métodos de fabricación en la industria, y son esenciales en medicina y sanidad.
En 60 años hemos visto cómo esta fuente de luz artificial ha cambiado nuestro modo de vida y ha permitido avances tecnológicos que antes ni tan siquiera habíamos imaginado o eran parte de la ciencia ficción. Pero el láser no tuvo una gestación corta. Como su nombre indica (Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation), está basado en el concepto de física cuántica que consiste en la emisión estimulada de radiación, introducido por Albert Einstein 45 años antes. Hoy en día podemos decir que el láser es mucho más que luz, es una herramienta muy potente y versátil hecha de luz, que permite desde soldar y cortar materiales metálicos en la industria, hasta cortar finos tejidos humanos en las operaciones quirúrgicas o agarrar y manipular partículas microscópicas, bacterias o virus en el laboratorio. De hecho, así lo reconoció la academia de ciencias sueca en 2018, concediendo el premio Nobel de física a los avances en la física láser, a Arthur Ashkin por las pinzas ópticas y su aplicación en los sistemas biológicos, y a Gérard Mourou y Donna Strickland por su método de generar pulsos ópticos ultracortos de alta intensidad. Donna Strickland fue la tercera mujer en recibir este galardón, 55 años después de que lo hiciera la segunda, Maria Goeppert-Mayer.
El láser es un ejemplo perfecto de cómo un descubrimiento científico básico ha posibilitado el desarrollo tecnológico, aportando grandes beneficios a la sociedad en salud, comunicaciones y muchos otros campos. La fotónica y tecnologías fotónicas responden directamente a las necesidades de la humanidad, aportando acceso a la información, promoviendo el desarrollo sostenible y aumentando el bienestar de la humanidad.
La comunidad de FOTONIKA de Euskampus aglomera a profesionales de la UPV/EHU y centros de investigación y desarrollo tecnológico de Euskadi que trabajan en el ámbito de la fotónica. Su fin es fomentar la excelencia en diversos campos relacionados con la misma y contribuir a dar respuesta a los retos globales y sociales, trabajando de manera colaborativa, contribuyendo al esfuerzo colectivo mundial para desarrollar ciencias y tecnologías fotónicas que den respuestas a algunos de los retos de la humanidad de los próximos años. En este sentido apuesta por mejorar la colaboración internacional, en especial con la Universidad de Burdeos y sus socios. Es también consciente del impacto de la fotónica en diversas prioridades del RIS3 Euskadi y de la necesidad de formar y capacitar personas en Euskadi para contar con expertos en este campo.
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