Aprovechando la inercia del recientemente celebrado World Creativity Forum 2024 CWF24, los pasados 15-17 abril en Bilbao, donde KSIgune, el Cluster de Educación Superior e Investigación para las ICC de Euskadi ha coordinado el área temática de Educación en las ICC, Euskampus celebra el Día Internacional de la Creatividad e Innovación con esta reflexión sobre el futuro de la Educación en las Industrias Culturales y Creativas. Lo que hacemos, "mientras tanto".

 

¡Hasta que el futuro llegue!               

Comienzo este texto tratando de dar respuesta a la pregunta planteada: “Educación en las Industrias Culturales y Creativas (ICC), ¿cómo sería (o será, quién sabe…) el futuro ideal?”. Un planteamiento muy abierto. Lo suficiente para poder hablar de muchas cosas distintas y tal vez demasiado para conseguir poner foco sin perder por el camino al personal. Creo que no hay respuesta correcta o incorrecta a la pregunta, dentro de un orden. Así que, trato de dar algo parecido a opiniones, las mías. Opiniones, creo, fundamentadas -la lectora decidirá.

Lo hago obviamente desde mi perspectiva, lo cual no significa más que desde lo que veo, lo que escucho y huelo, lo que toco y vivo, lo cual, en gran medida, es desde mi ámbito de trabajo. Lo hago desde una experiencia que está, en este caso, ligada a la gestión de proyectos relacionados con la Educación Superior y, anteriormente, en un pasado cada vez más lejano (señoras y señores, me hago vieja, qué buena señal) a la gestión de proyectos culturales. Ya avanzo que responderé a la pregunta parcialmente, o sea, como buenamente pueda y quiera, porque quien me conoce sabe que soy más bien una persona de presente, o más bien de mientras tanto y que, hasta cierto punto, el futuro se me hace bola.

Hecha la breve introducción, menos importante para quien lee que para quien busca eliminar la rara sensación de enfrentar el papel en blanco, vamos con el intento de responder al tema de aquella manera. Primero que todo, me atrevo a decir que el futuro ideal de la Educación (Universitaria o Superior) para las Industrias Culturales y Creativas no habrá de diferir mucho del futuro de aquella dirigida a otros ámbitos, al menos no en términos de formatos y estrategia.

Por ejemplo: el modelo dual, la conexión entre la Empresa y la Universidad, la actualización constante del currículo, la formación continua a lo largo de la vida y las microcredenciales, la integración de las habilidades blandas, etc. Y, mientras escribo esto, me doy cuenta que, sin embargo, el punto de partida - es decir, el presente y no el futuro- sí difiere entre las áreas de conocimiento que juegan un papel en los sectores culturales o creativos (sobre todo culturales) y las de otros ámbitos. Recreémonos en esto un momento.

Pensar en cómo ha de ser la Educación Superior en relación a unas industrias, las que sean, nos lleva forzosamente a poner lupa en esas industrias. Este es el primer elemento, para mi, a tener en cuenta. Hablar de Educación en las ICC en genérico es hacernos trampa. No podemos comparar las industrias ligadas a los sectores culturales y las industrias ligadas a los sectores creativos, tampoco las creativas o las culturales entre sí. Ni siquiera la idea de “industria” tiene sentido en todos los casos (sectores). Llevado a un ejemplo, en la medida en que no podemos asimilar el sector creativo de Arquitectura al sector creativo de Videojuegos o al sector cultural de Artes Escénicas, no sería tampoco razonable comparar la Universidad necesaria para ellos. Más allá de la divergencia temática, estos sectores tienen algunas dimensiones distintivas caracterizadas, al mismo tiempo, por diferentes niveles de maduración.

Meter en un mismo saco Cultura, Creatividad (como capacidad, no como competencia) y Arte tiene la misma escasa lógica que difuminar la figura de persona Artista, Creativa y Creadora (incluso mencionaría a la gestora).

Imagen: Xatacaciencia. Imagen creada con IA.

Como en la formación, el futuro de la investigación aplicada a las ICC compartirá, a mi parecer, muchos elementos con la investigación aplicada a otros sectores diferentes (nótese que pongo el foco pretendidamente en la investigación aplicada, excluyendo en esta somera exploración a la investigación básica y a la investigación performativa, las cuales merecerían un trabajo aparte). Cada vez en mayor medida, las disciplinas rompen sus silos y colaboran entre diferentes (diversas) para construir proyectos más complejos y completos. Y como las disciplinas y áreas de conocimiento, lo hacen los sectores e industrias ligadas a ellas.

En otras palabras, las ICC no son ajenas a esta dinámica de colaboración cada vez mayor. De hecho, probablemente, tengan en su ADN más instaurada la experiencia de colaboración que algunas industrias y sectores, aunque esta colaboración no tiene porqué ser de manera evidente con las Facultades y Escuelas Superiores o universitarias. Lo que me lleva de la segunda misión de la Universidad, la Investigación, a la tercera, enteramente relacionada, la Transferencia de conocimiento a la Sociedad, a la que, a pesar de denominar así, encajamos en los parámetros universitarios, en lugar de en los parámetros a los que se entiende debería ajustarse: los de la Sociedad. Y es que, aunque la Transferencia de conocimiento la entendamos como transferencia dirigida específicamente a la Industria (una parte de la Sociedad), sigue siendo complicada su gestión en tanto que se mueve en un paradigma académico.

Esto que puede parecer una evidencia para unas y muy discutible para otros -ya he dicho que el texto era una reflexión propia-, se hace más patente en algunas disciplinas, muchas de ellas integradas en las ICC, no necesariamente acostumbradas a la colaboración formal -oficial, si se quiere- con las entidades. En todo caso: Sociedad. O sea, que no hablamos solo de Industria. Aún más complicada esta ecuación. ¿Hablar de transferencia a la sociedad podría llevarnos tal vez a pensar la Transferencia como Transformación?. Entenderla así, nos haría pasar de hablar de la colaboración entre Universidad y Empresa a hablar de la cooperación entre la Universidad, la Empresa y la Sociedad. Dicho de otra manera, a hablar de compromiso. Y, al final, resulta que la Cultura es el centro de todo.

No es solo sector profesional, es una cuestión social. No es solo formar para la Cultura, sino que la Cultura es hilo conductor para educarnos en todos esos aspectos. No es solo formar profesionales, es educarnos como navegantes en un mar cambiante e impetuoso. Toda reflexión conlleva tantas implicaciones que es impensable abrazar el futuro sin pararse a pensar en el presente, a dividirlo en trozos y a ver qué parte abordamos en qué momento. Porque lo mismo que hay empresas e industrias grandes y pequeñas y el avance de los primeros no puede interrumpir el de los segundos, y viceversa (ojo), el compromiso con la Sociedad en su conjunto exige un ejercicio profundo y progresivo. Y en ello ha estado, y está, la Educación de manera ininterrumpida. Poco a poco, porque no puede ser de otra manera, pero cambiando con el cambio.

Educar profesionales, educar para innovar, educar para contribuir socialmente, educar para favorecer la intersección, educar para emprender y educar para conectarse con las entidades. Dicho así, parece que la Educación Superior (universitaria o profesional) tiene muchos papeles, tal vez demasiados como para pensarla al margen del resto de los eslabones de la cadena educativa. Y sin despreciar el hecho de que debemos dar respuesta desde dentro del propio paradigma socioeconómico en el que estamos inmersas… ¿se puede dar una respuesta correcta sin mirar desde fuera, saliéndose de un sistema y estructura que nos estructura? ¿Estamos generando respuestas o más bien reaccionando a lo que acontece o creemos que acontecerá? Y no está todo en la Educación -Superior o no-, ni siquiera en los agentes educativos. En el camino se acompañan (o deben) la Academia, la Industria, la Sociedad, la Administración, el mundo que habitamos. Somos parte del ecosistema y los pasos han de darse, por decirlo así, en equipo.

Esa reflexión de ecosistema es la que se encuentra detrás de iniciativas como KSIgune, el ecosistema vasco de Educación Superior e Investigación para las ICC. Un ejercicio compartido del que forman parte representantes de las diferentes hélices que conforman el ecosistema de las ICC en Euskadi. Conectar y cocrear para el bien común, pasar de un modelo relacional de proyectos a otro sustentado en alianzas y agendas compartidas entre los agentes. Estos son parte de los valores de Euskampus Fundazioa, quien ejerce de facilitadora del ecosistema de KSIgune. Tampoco es casualidad que el Creativity World Forum sea en realidad la puesta de largo de un proyecto que lleva gestándose ya más de un año, trabajando con personas y entidades de todo el mundo, y que entre sus áreas de trabajo se haya elegido la Educación como uno de los pilares para la evolución de las ICC vascas. Todos estos elementos que pudiesen parecer desconectados forman parte de una misma estrategia que habla de Educación, de Innovación, de Industrias, de Gobernanza, de Territorio. Y hay mucho que mejorar, y hay mucho que hacer. Y justo por eso tenemos que seguir.

La Educación ideal del futuro para esta ciudadana es que las tan nombradas skills, habilidades y talento convivan con el conocimiento, el pensamiento y los valores. Que no se nos olvide que Formar y Educar son cosas diferentes y complementarias y que la Educación debe estar presente en todos los lugares y durante toda la vida. Que la Educación Superior sea tan inespecífica como concreta, práctica como teórica, aplicada como básica (esencial), de foto grande y de profundidad, digital y tangible, novedosa y tradicional. Holística.

Como decía, justo por eso tenemos que seguir trabajando mientras tanto, hasta que el futuro llegue.

 

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Ruth Mayoral

Responsable de Programas de Educación Superior en Euskampus Fundazioa